Desde siempre, nos han enseñado a que en la vida existe un determinado orden para el éxito. Entonces, si en la vida quieres triunfar, tienes que ir al colegio, luego tienes que entrar a la Universidad, para luego hacer una maestría o un MBA para encontrar un mejor trabajo y una vez estable, quizás te plantees hacer un PHD, con el único afán de sentir la realización profesional establecido por patrones tradicionales que determinarán si eres exitoso o no. Lo que me hace reflexionar sobre si el éxito realmente tiene un orden y un tiempo determinado.
El éxito tradicional que se nos ha vendido durante los últimos tiempos es la idea del triunfador joven, con varios postgrados prestigiosos y de traje perfecto; en otras palabras, si no aprovechaste tu juventud, ni mucho menos amasaste grandes notas en tus estudios y encima pasaste la década de los 30 años, lo siento, estás fuera del juego empresarial.
Si esto fuera cierto, entonces Joanne Rowlin, fundadora de Harry Potter y la sexta mujer más rica de Inglaterra, no hubiera podido tener la oportunidad de ser exitosa ni de haber vendido más de 450 millones de libros, dado que a los 31 años, sola y con una hija que cuidar, todavía vivía y dependía de los beneficios otorgados por el Estado.
De acuerdo a la reflexión planteada, surgieron dos preguntas clave para entender cómo se relaciona la edad y el éxito:
1.- ¿Es necesario ser mayor, tener experiencia y contar con un amplio capital ganado con los años?
Por otro lado,
2.- ¿Para emprender en un mercado tan competitivo como el actual, es requisito y necesario ser un emprendedor joven?
La respuesta es que ni lo primero ni lo segundo. Ser emprendedor no conoce de la temporalidad, es decir, no conoce de edades, porque en cada etapa de la vida se puede re-descubrir diferentes oportunidades para empezar un negocio. Nunca se es demasiado joven o demasiado viejo para emprender un negocio. Considero que la verdadera y principal dificultad para enfrentar, sin importar la edad para emprender, es conseguir el capital para hacer realidad tu idea de negocio, en una palabra: tu sueño.
Si bien, la pasión de tu idea es esencial y el motor de la motivación clave para emprender tu negocio, éste solo el primer paso de la construcción real de tu emprendimiento, ya que no basta tener solo la idea, sino un plan de negocios preparado y saber venderlo a posibles inversionistas, además de analizar la capacidad para acceder a un crédito; en este punto los emprendedores más jóvenes podrían tener problemas por falta de un historial crediticio que les asegure estabilidad y seguridad; una solución a ello, son los préstamos de la familia, ya sean de los padres, amigos o fondos que recauden por su cuenta. Ante esta misma situación, los emprendedores mayores podrían tener una ventaja al contar con experiencia financiera y un historial crediticio, sin embargo podrían confrontar dificultades si es que han tenido deudas acumuladas de años anteriores.
Creo que he dejado claro que ser emprendedor no entiende de edades, sin embargo si eres un emprendedor joven tienes la ventaja de la libertad que supone la edad en sí misma ya que no existen compromisos familiares lo suficientemente fuertes, beneficiando al target de los solteros,minimizando los riesgos; sin embargo el factor de la juventud no evita el fracaso, todo lo contrario, el factor juventud es la herramienta perfecta para equivocarte cuantas veces puedas ya que la recuperación por cada error que cometas es más rápida. Existen también emprendedores con experiencia profesional dependiente, conocimiento del mercado, cartera de clientes y un networking muy bueno, herramientas vitales que harán más fácil la entrada al campo competitivo empresarial. Finalmente, se encuentran Los emprendedores con mayor aversión al riesgo: los adultos mayores, a quienes les cuesta la adaptación a las nuevas tecnologías, sin embargo éste no es un factor determinante, ya que con un buen equipo de colaboradores, pueden tener el éxito soñado, gracias a su capacidad de intuición, dirección y sobretodo experiencia.
A la hora, edad y tiempo que sea, emprender significa actuar, comenzar algo, enfrentar miedos, escuchar mil veces que no se puede, pensar que podemos cambiar el mundo, es hacer lo impensable, significa trabajar más horas de lo normal, es incertidumbre, caos e incomodidad para lograr una comodidad futura. Emprender entonces significa: disciplina, constancia y hacer que suceda.
Sin duda, una de las creencias más arraigadas para quedarnos en nuestra zona de confort es la edad, como si éste factor fuera un limitante para no poder empezar a hacer nuestro sueño realidad y no hacer nada, es justamente eso: Creer que somos los suficientemente mayores y que ya es demasiado tarde para iniciar lo que queremos, sin embargo emprender no entiende de edades y depende de uno mismo actuar para dar inicio a la creación de una empresa realmente sostenible en el tiempo y para ello, hay unos consejos que me han ayudado mucho para mantener la visión empresarial de mis objetivos:
1.- Deja de pensar y actúa
Como todo cualquier gran invento, el inicio de una empresa es un proceso de tiempo invertido de ensayo y error, en el cual, se aprende haciendo con una mentalidad fija en ganar conocimiento futuro para el crecimiento de nuevas ideas que beneficien a la empresa naciente o “start up”. La filosofía del emprendedor debe ser un equilibrio entre pensar /analizar la planificación y el actuar para que lo pensado se realice; este punto es importante ya que muchas veces por sobre-pensar mucho las cosas y por miedo a fracasar, no se hacen las cosas, debilitando a la empresa y al espíritu del equipo de colaboradores. Es por ello que la actitud del líder debe ser a la de un hacedor, dispuesto a cumplir los objetivos planteados.
2.- No te juzgues, confía
Tienes una gran idea y al día siguiente, piensas que no es una idea tan buena después de todo y comienzas a dudar de tu idea y lo peor es que, empiezas a dudar de ti misma. Esta es tu idea, es tuya porque nadie más tuvo la visión que tú tuviste para iniciarla. Deja de juzgar tus ideas y deja de juzgarte a ti misma para hacer las cosas que debes hacer. Las personas más exitosas son aquellas que alguna vez fueron consideradas demasiado alocadas. Sin la absoluta confianza en una misma, estarás destinada al fracaso. Deja de buscar la aprobación de los demás y abraza tu locura.
3.- Un propósito real y auténtico
Definir y replantearse el propósito de lo que significa tu idea de negocio es esencial y clave para el éxito de tu emprendimiento ya que es el corazón de saber algo tan simple con claridad como “por qué hacemos lo que hacemos” o en otras palabras, “la razón de ser” de la compañía y servirá de guía para todos los aspectos de la empresa, desde la conexión y contratación del personal hasta la gestión de clientes ( quién es tu público objetivo) , el desarrollo de productos y las ventas. Sin duda, tener el propósito claro es importante porque nos da un enfoque claro de lo que la empresa es y sus expectativas a futuro.
4.- Crea tu Master Plan
Para dominar y alcanzar el éxito, tienes que idear un Master Plan general en el que debes de colocar realmente todos tus objetivos a corto, mediano y largo plazo, asimismo deberás colocar tus recursos reales presentes y futuros para que puedas hacer una correcta planificación de tu caja y tus finanzas. No pasa nada si no tienes todo claro ahora, es un proceso, dale tiempo, podrías empezar preguntándote ¿Qué quieres lograr este mes y qué tienes a la mano para alcanzar tus metas? Escribir tus objetivos aumentará significativamente tus posibilidades de éxito.
5.- Lo único constante es el cambio, adáptate
Muchas mujeres emprendedoras quieren hacer crecer su negocio pero no saben cómo, dudan de sus capacidades para poder ampliarlo y/o temen que el contexto de la economía actual no sea la más favorable para su ejecución. Ante estos problemas, la tercerización o outsourcing de servicios se vuelve una opción factible y viable para aquellas empresarias que no puedan lidiar con todo el costo que supone manejar una empresa de manera holística, de esta manera las empresarias se concentrar en el core del negocio, confiando en que la tercerización es la salida de confianza y nuevas alianzas con proveedores.Otra solución es manejar a la clientela por proyecto, para evitar gastar más allá de una necesidad fija, especialmente en un mercado laboral tan inestable como el actual, logrando la adaptabilidad al cambio como principal estrategia y ventaja competitiva.
6.- La mejor inversión eres tú misma
Si estás comprometida con el crecimiento de tu negocio, no debes temer invertir en tu crecimiento profesional y personal. En lugar de preocuparte por el dinero que estás gastando, concéntrate en que cada inversión valga la pena. La mujer ejecutiva de hoy en día busca reivindicación, a través del empoderamiento femenino, en búsqueda por las mismas oportunidades, laborar en igualdad de condiciones que permitan alcanzar su desarrollo profesional y personal por sí misma. Por esta razón que llegan cada vez más mujeres a Taller de empowerment o liderazgo, porque el coaching es una técnica que sirve para afrontar estas barreras.
7.- Adopta las nuevas tecnologías
Las emprendedoras deben ser capaces de utilizar las herramientas administrativas actuales para llevar su empresa al futuro y cuando hablamos del futuro, hablamos de la tecnología. Hoy en día, la tecnología es una herramienta clave y vital que genera no solo una mejor conexión a nivel mundial sino también una democratización del conocimiento. Es por ello, muy importante que se sepan aprovechar todo lo que las nuevas tecnologías modernas pueden ofrecer como los pagos electrónico con PayPal, el marketing digital mediante las redes sociales de comunidades empresariales fuertes como LinkedIn, con el objetivo de fortalecer una red de contactos de negocios, las aplicaciones de contaduría básica que se pueden descargar o usar en línea. Asimismo, Gracias a estas nuevas tecnologías, puedes crear, generar y estar en contacto con otras mujeres empresarias, lo cual permitirá un intercambio de experiencias y know how con el único afán de compartir conocimientos, hacer crecer tu red de contactos y contar con más mujeres modelos a seguir.
Finalmente, tu idea y plan de negocio puede ser realmente un gran cambio para la sociedad, pero nada ocurrirá sino lo sabes vender como se debe, para ello, debes de tener plena confianza en ti misma, asimismo de ensayar y poner en práctica tu Elevator Pitch [ Lea también Elevator Pitch: ¿ Cómo vender tu idea de negocio en 15 minutos? ] El Elevator Pitch es una herramienta fundamental para saber vender tu idea o plan de negocio en relativamente poco tiempo y realizar contactos de posibles inversionistas para tu empresa o proyecto, con el único objetivo de hacer tu sueño realidad.
Fuente: Gestion.pe