Los grandes líderes triunfan al pensar como antropólogos: son curiosos, observadores y enfocados en comprender por qué las personas hacen lo que hacen.
- Los mejores CEOs abordan el liderazgo con la curiosidad y las habilidades de observación de un antropólogo. Van más allá de las métricas y se centran en lo que motiva a las personas: sus creencias, motivaciones y hábitos.
- Comprender a las personas es la ventaja competitiva definitiva. En lugar de depender únicamente de datos o encuestas, profundiza y observa el comportamiento en el mundo real para entender cómo las personas viven, trabajan y toman decisiones.
- Dedica tiempo a observar, haz mejores preguntas, busca patrones, mantén la curiosidad y desafía las suposiciones.
Vamos directo al grano: los negocios no se tratan solo de números, hojas de cálculo e informes trimestrales. Se trata de personas. El comportamiento humano es la base de cada dólar ganado o perdido en una empresa. Esto lo comprenden los mejores CEOs, quienes abordan el liderazgo con la curiosidad y las habilidades de observación de un antropólogo. Ven más allá de las métricas y se enfocan en lo que impulsa a las personas: creencias, motivaciones y hábitos.
Si diriges un negocio o un equipo, probablemente ya sepas que la lógica por sí sola rara vez gana corazones y difícilmente asegura un éxito duradero. La verdadera magia está en comprender por qué las personas hacen lo que hacen, no solo observar sus comportamientos. Aquí es donde entra en juego la antropología: analizar la cultura, el comportamiento y las relaciones para entender mejor a tus clientes, empleados e incluso a tus competidores. Veamos cómo esta mentalidad se traduce en prácticas reales y concretas.
Comprender a las personas es la ventaja competitiva definitiva
La realidad es que las personas no siempre se comportan como creemos que deberían. Tu cliente no compra tu producto simplemente porque en teoría sea el mejor; lo compra porque algo en él le resuena. Es posible que ni siquiera sepan por qué eligieron tu marca sobre la competencia.
Los CEOs inteligentes entienden que las encuestas a clientes o las reseñas en línea no son suficientes. Ellos van más allá. Observan patrones: cómo viven las personas, trabajan y toman decisiones. Observan sin emitir juicios. Por ejemplo, Howard Schultz, ex CEO de Starbucks, visitó Italia para estudiar la cultura del café. No solo vio lo que los italianos bebían; vio cómo se reunían, conectaban y se desaceleraban en los cafés. Ese conocimiento fue parte de lo que convirtió a Starbucks en una experiencia de «tercer lugar»: no solo una cafetería, sino un espacio que invitaba a las personas a quedarse.
Cuando dejas de simplemente analizar y comienzas a observar, descubres las ideas que tus competidores pasan por alto.
1. La antropología en el lugar de trabajo: no se trata solo de sueldos
Hablemos de tu equipo. ¿Te has preguntado alguna vez por qué un empleado destaca mientras otro parece desmotivado a pesar de recibir el mismo sueldo y beneficios? Un CEO con mentalidad de antropólogo no solo se limita a invertir dinero para resolver el problema o se queja de los «trabajadores flojos». Se hace preguntas:
- ¿Cuál es la cultura no escrita aquí?
- ¿Se escuchan todas las voces en las reuniones?
- ¿Cuál es el sentir de los miembros del equipo respecto a su trabajo más allá de las tareas descritas en su puesto?
Toma como ejemplo a Satya Nadella, CEO de Microsoft. Cuando asumió el liderazgo, no solo introdujo nuevas estrategias, sino que transformó la cultura de la empresa. Su enfoque en la empatía y la colaboración rompió con la cultura competitiva y aislada que Microsoft había desarrollado. Escuchó, observó y redefinió la dinámica laboral, convirtiendo a la compañía en una de las más innovadoras del mundo.
Las personas no trabajan arduamente solo para cobrar un sueldo: quieren propósito, conexión y reconocimiento. Los CEOs que entienden esto no se limitan a gestionar; lideran.
2. Los clientes son cultura, no puntos de datos
Muchas empresas se proclaman «centradas en el cliente», pero ¿cuántos ejecutivos pasan realmente tiempo con sus clientes? No en focus groups, sino en los lugares donde viven sus vidas. Los antropólogos saben que los seres humanos con frecuencia dicen una cosa y hacen otra. Las verdaderas ideas provienen de observar lo que los clientes hacen, no solo de escuchar lo que dicen.
Por ejemplo, cuando Airbnb era una startup en sus primeras etapas, sus fundadores no se quedaban en la oficina pensando en formas de escalar. Fueron a las casas de sus anfitriones, se hospedaron en sus habitaciones y vivieron la experiencia como huéspedes. Ese enfoque desde la base les permitió entender lo que las personas realmente necesitaban: comunicación directa, seguridad y confianza. Esas observaciones guiaron algunas de las características clave de la plataforma.
¿La lección? Abandona la sala de juntas y sal al mundo real. Observa cómo las personas usan tu producto, dónde encuentran frustraciones y qué las motiva.
3. Detectar tendencias antes de que sean tendencias
No sorprende que pensar como un antropólogo también implique pensar hacia adelante. La cultura evoluciona, y las técnicas que funcionan hoy pueden no funcionar mañana. Los CEOs que descifran los cambios en el comportamiento prosperan.
Piensa en Netflix. Cuando Reed Hastings pasó de los DVD al streaming, no fue un movimiento improvisado. Observó un cambio en la forma en que las personas consumían entretenimiento: cuando querían, como querían, y de la manera más fácil posible. En lugar de esperar a que los clientes exigieran el streaming, vio hacia dónde se dirigía la cultura y se adelantó.
Pero esto no se trata de predecir el futuro con una bola de cristal. Se trata de ser un observador atento, hacer preguntas y notar pequeñas cosas que sugieren tendencias más amplias.
4. No se trata de saberlo todo, sino de mantener la curiosidad
La persona más inteligente de la sala de juntas no siempre es el mejor CEO. Es la más curiosa. No creen tener todas las respuestas y no temen equivocarse. Esa humildad y disposición para aprender es, en esencia, lo que significa pensar como un antropólogo.
Toma a Elon Musk, por ejemplo. Independientemente de lo que pienses de él, no cabe duda de que tiene una forma diferente de abordar los problemas. Profundiza, cuestionando el «por qué» hasta llegar a su raíz. ¿Por qué las empresas automotrices tradicionales tienen dificultades con los vehículos eléctricos? ¿Por qué cuesta tanto viajar al espacio? Al desafiar todo y observar cómo funcionan los sistemas, ha creado empresas que transforman sectores enteros.
Como líder, no necesitas saberlo todo. Pero debes mantenerte curioso y con la mente abierta.
5. Construyendo empresas centradas en las personas
Los antropólogos estudian la experiencia humana, y los mejores CEOs hacen lo mismo. Comprenden que cuando creas algo que realmente mejora la vida de las personas —ya sea un producto, un servicio o un lugar de trabajo—, las ganancias y el crecimiento llegan de manera natural.
Toma a Patagonia como ejemplo. Su fundador y ex CEO, Yvon Chouinard, no solo vendía equipo para actividades al aire libre; creó una empresa cuyos ideales fundamentales coincidían con los de sus clientes: sostenibilidad, conservación y calidad. Entendió lo que realmente le importaba a su audiencia y construyó una marca con la que las personas se sienten profundamente conectadas.
¿El resultado? Clientes leales que no solo compran productos, sino que se convierten en embajadores de la marca.
Pasos prácticos para pensar como un antropólogo
Todo esto suena bien en teoría, pero ¿cómo se aplica en la práctica? Aquí tienes algunas acciones concretas:
- Dedica tiempo a observar: Ya sea siguiendo a tu equipo, visitando a tus clientes u observando cómo las personas interactúan con tu producto, sal y ve lo que realmente sucede.
- Haz mejores preguntas: En lugar de preguntar «¿Qué quieres?», empieza con «¿Por qué esto es importante para ti?» o «¿Qué problema estás tratando de resolver?»
- Busca patrones: ¿Qué tienen en común tus clientes más leales? ¿Qué comportamientos comparten los empleados de alto rendimiento?
- Mantente curioso: Lee sobre temas variados, escucha a todo tipo de personas y nunca dejes de aprender. Mientras más experiencias del mundo tengas, mejor podrás liderar en él.
- Desafía las suposiciones: No hagas algo solo porque «siempre se ha hecho así». Mantente abierto a reinventar y probar cosas nuevas.
Pensar como un antropólogo no es un exótico truco de liderazgo; es sentido común que solemos pasar por alto. Los negocios no solo consisten en vender productos o gestionar equipos, sino en tener la capacidad de conectar con las personas. Los mejores CEOs entienden esto y se preguntan continuamente: ¿Por qué las personas hacen lo que hacen?
Al dedicar tiempo a observar, escuchar y mantener la curiosidad, no solo estás dirigiendo un negocio, estás construyendo algo significativo. Y en el mundo de hoy, eso es lo que distingue a los mejores líderes.
Fuente: Chris Kille/ entrepreneur.com