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Cómo transformar la autoduda en éxito y fortalecer la confianza en tres pasos

por emprende2021
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La confianza no es innata; se puede desarrollar. Aquí te decimos cómo hacerlo.

  • Creer en uno mismo es crucial para el éxito emprendedor y es una cualidad que puede desarrollarse con el tiempo.
  • Establecer metas realistas y celebrar los logros pequeños son pasos esenciales para construir confianza y mantener la motivación.
  • Aceptar fortalezas y reconocer debilidades permite a los emprendedores crecer, adaptarse y transformar los desafíos en oportunidades.

“Parece imposible hasta que alguien lo hace.”

Esa famosa cita del legendario presidente sudafricano Nelson Mandela es una de mis favoritas. Sin importar la meta que intentes alcanzar, nada parece tan difícil como lo que Mandela logró: desmantelar el apartheid en Sudáfrica y liderar una transición pacífica hacia un gobierno de mayoría. Y, aun así, lo logró. Paso a paso, sin garantías de éxito.

Hay muchos factores que contribuyen a hacer de alguien un emprendedor exitoso, pero puedo decirte con absoluta certeza que creer en ti mismo es uno de ellos. La confianza te permite superar obstáculos y resistir los contratiempos. También es contagiosa: si crees en ti y en tu misión, otros también lo harán.

La confianza puede parecer algo innato, como tener el cabello castaño o una aversión al cilantro. Pero no es cierto: se puede construir. Aquí te digo cómo.

Establece metas alcanzables

Tendemos a ser demasiado optimistas sobre nuestras capacidades. Como señaló Harvard Business Review: “Queremos sentirnos bien con nosotros mismos, no solo por nuestros logros, sino también por nuestras aspiraciones. Por lo tanto, cuando evaluamos nuestras capacidades para alcanzar metas, solemos ser excesivamente generosos”.

Aunque resulta útil tener objetivos ambiciosos, las consecuencias de establecer expectativas poco realistas pueden ser perjudiciales. El síndrome de la falsa esperanza, o fijar metas inalcanzables que generan un ciclo de fracaso y renovación de esfuerzos, puede resultar en una caída significativa de la autoestima. Antes de que te des cuenta, la meta ha quedado relegada, reemplazada por un sentimiento mucho menos productivo de autocompasión y derrota.

Toma como ejemplo el proceso de escribir un libro. Me encanta escribir, y mi práctica diaria de escribir en las mañanas es una parte crucial de mi rutina. Pero cuando decidí escribir mi primer libro, sabía que era importante marcar un ritmo adecuado: nunca antes había hecho algo así, pero entendía que, así como iniciar un negocio, sería un maratón, no una carrera corta.

En lugar de sentarme un día frente al escritorio, decidido a escribir los primeros capítulos de una sola vez, hice un plan. Creé un esquema detallado y establecí metas alcanzables. Evalué cuánto podía hacer en un período determinado y ajusté el plan según fuera necesario hasta que encontré el ritmo. A veces, la vida se interponía: uno de mis hijos se enfermaba de gripe o me absorbía el lanzamiento de un nuevo producto en Jotform, y no podía cumplir con el cronograma que había establecido. Me permití cierta flexibilidad, sin darme excusas para no continuar.

Cada vez que alcanzaba una de mis micro metas, me daba una palmadita en la espalda. Esos pequeños logros se fueron acumulando y, finalmente, sucedió: escribí un libro completo.

Mantente motivado

Cuando trabajas para alcanzar una meta a largo plazo, es natural que en algún momento tu motivación decaiga. Estamos programados para buscar la gratificación instantánea; Sigmund Freud lo llamó “el principio del placer”.

Para mantenerte comprometido con tus metas a largo plazo, necesitas encontrar formas de mantener la motivación. En mi caso, me gusta buscar libros y blogs sobre personas exitosas. Leer acerca de los desafíos que otros han superado y su dedicación a sus misiones, ya sea acabar con el apartheid o fundar una empresa, resulta inspirador y me ayuda a mantener el ánimo cuando las cosas se ponen difíciles.

Como un fundador orgullosamente autofinanciado, también encuentro motivación al observar una tendencia de crecimiento en mi negocio. Incluso si aún no estás generando grandes ganancias, esa tendencia ascendente es una señal de que estás en el camino correcto. Esta es otra razón por la que siempre he evitado el dinero de capital de riesgo (VC) — cuando aceptas una inversión, tienes que ver cómo tu saldo bancario disminuye cada mes. Es desalentador. Con el autofinanciamiento, ese saldo debería ir aumentando, enviando la señal de que los sacrificios que estás haciendo valen la pena.

Acepta tus fortalezas y reconoce tus debilidades

Es probable que haya una razón por la cual estás en el camino que elegiste. No intentarías convertirte en chef si odiaras cocinar, ni soñarías con desarrollar un nuevo producto SaaS si no te gustara programar. Es importante conocer tus fortalezas, pero ser consciente de tus debilidades también te hace menos propenso a quedarte paralizado por ellas.

He descubierto que identificar mis debilidades y trabajar en ellas es la mejor manera de evitar que ocupen demasiado espacio en mi mente. Soy introvertido, y la primera vez que hablé frente a una sala llena de personas, estaba muy nervioso. Mis primeros intentos no fueron perfectos. Pero, en lugar de recriminarme o decidir que había fracasado, practiqué. Y practiqué. Y practiqué. Ahora me gusta mucho dar pláticas. Aceptar la incomodidad y el riesgo de salir de lo que sabía que era bueno me permitió aumentar la confianza en mí mismo.

No hay vuelta de hoja: si quieres lograr algo significativo, habrá momentos difíciles. Creer en ti mismo y en tus habilidades hará que los golpes sean menos dolorosos y te dará la fuerza para seguir adelante.

Fuente: Aytekin Tank/ entrepreneur.com

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